¿Eres de los que se duchan al llegar a casa o de quienes lo hacen nada más despertarse? ¡No importa! Elijas la hora que elijas, recoge el cuarto de baño nada más acabar. Limpia la bañera, pon bien las toallas, ocúpate del espejo que se ha empañado…
Cuatro sencillos pasos ayudan, y mucho, a que esta estancia se vea en perfecto estado, aunque, eso sí, no te librarás de una limpieza más profunda varias veces por semana. Te tocará, entonces, invertir más tiempo y esfuerzo en su cuidado.